martes, 24 de marzo de 2015

"ROUND DE GLORIA"...

El día de hoy, rendiremos un homenaje a el Pequeño Gigante de Neza, como decía Jimmy Lennon Jr. al anunciarlo en cada combate, un GRANDE que se ganó el lugar dentro del boxeo de manera internacional por su garra de lucha arriba del ring así como por jamás darse por vencido, y que mejor que con esta crónica en su honor.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS "CHIQUITA"!
Por:
Marbet González

El deporte se vive o se siente, los aficionados a los eventos deportivos disfrutan cada golpe. Apodado “La Chiquita”, ganó muchos admiradores durante su carrera en el boxeo profesional. Reconocido como el mejor Campeón Mundial Minimosca en la Historia del Boxeo Mexicano, Humberto González, nació el 25 de Marzo de 1966, en Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México.


Su carrera fue notable desde su infancia pues impulsado por su Padre Isaías González, quién practicaba el deporte, fue quién lo motivo a adentrarse al mundo del Boxeo y,  a los 13 años de edad, inició como amateur ganando el Torneo de los Guantes de Oro.

Comenzó a entrenar en el Gimnasio Margarita, ubicado en la Colonia Doctores en donde se encontraba de Entrenador “Don Lupe Sánchez” quién, al ver su estilo y su forma de boxear, lo llamó para que entrenase con los grandes peleadores de esa época como lo era José “Pipino” Cuevas.

Fue su padre quien le colgó el apodo de “Chiquita”, simplemente porque tenían una carnicería en Ciudad Nezahualcóyotl con este nombre. Debutó como profesional a los 17 años de edad y tras una serie de triunfos consecutivos, a los 21 años logró coronarse Campeón Nacional de su división.

Con apenas 1.55 de estatura, complexión delgada, ojos expresivos y con la sencillez que lo caracterizan fue abriéndose camino en el Boxeo a Nivel Internacional y sin embargo la etapa cumbre la vivió al protagonizar el combate contra el estadounidense Michael Carbajal en 1993, una pelea que será recordada por todos los aficionados del boxeo y que lo llevaron a convertirse en uno de los mejores en la división de Peso Minimosca a Nivel Mundial


Las Vegas.. La capital del Boxeo, un País y el Mundo ponen los ojos en ti, no hay mayor escenario para un boxeador que lo que vivió en ese momento Humberto “Chiquita” González; descansando en su suite en el Hotel Hilton de Las Vegas.
Él sabe todo lo que significa esta pelea, la Gloria está muy cerca, se le enchina la piel al imaginar la Arena llena y muchos mexicanos apoyándolo.

El sólo saber que él no era el favorito de la contienda, hacen que la sed de triunfo sea la de un Guerrero. Ansioso por lo que viene, a unas cuantas horas de lo tan esperado. Tanta preparación y al final había llegado el momento. Un boxeador solo sabe que esta preparado, porque después de tanto planificarlo llega el momento en el que eres motivo de todos los reflectores.

Ya se encuentra en camino a la Arena con la convicción de que será una buena noche para él, mientras su mánager le recuerda la táctica planeada. Llega a su camerino y como era de esperarse, un lugar tan lujoso que cualquier campeón desearía, su bata colgada, esa característico color amarrillo con negro que siempre lo acompañan y guantes de boxeo sobre la mesa.
Emprende el ritual, comienza a calentar, estirar los músculos, en la Arena se encuentran las Peleas Pre eliminares , ya le llega su momento..



Empieza por colocarse su calzoncillo, en él se encuentran los nombres de sus hijos, pues así sentía que lo acompañaban; Al momento de vendarlo, surge en su mente, todo aquel proceso por lo que había llegado, duros entrenamientos, dietas y lo más difícil, la separación de su familia, pues debía estar concentrado. Se reúne con su equipo, le dan frases de motivación y para culminar la charla, la bendición de un Sacerdote que siempre lo Acompañaba. “La Chiquita” con el rostro de la ilusión de aquellos recuerdos que jamás se olvidan y que con solo cerrar los ojos se transporta a aquel ring. El rostro de la batalla.

En la Arena se escucha ya la gente, el bullicio de las apuestas; Ya han Presentado a su Rival y le llega su turno. Presentado por Jimmy Lennon Jr sale con la Canción “Ojo de Tigre”, ya no había marcha atrás, la historia había comenzado.


El primer llamado al centro del ring, hizo que se reunieran, siendo “La Chiquita” el primero en estrellar su golpe izquierdo, así fue desarrollándose una dura contienda, una lluvia de golpes, en dónde “La Chiquita” iba saliendo victorioso.
Para el séptimo round, en el público, ya había aficionados sin voz y para muchos estaba claro que González le quitaría la etiqueta de invencible a su contrario. Pero fue un golpe inesperado que hizo caer a “La Chiquita”.

La pelea había terminado, esa noche Humberto había suspendido la celebración que se haría después de la pelea. Se encontraba en la suite de su Hotel, no deseaba recibir a nadie, cuando su representante Rafael Mendoza, toco a la puerta diciendo que ya le había conseguido La Revancha, tenía el contrato asegurado por un millón de dólares para la siguiente pelea, por lo que “La Chiquita”, abrió la puerta de su Habitación y con un tono de voz distinto dijo: “Qué siga la Fiesta, que pasen todos”. Muchos de los presentes reímos al escuchar la forma en que lo cuenta. “La Chiquita” siempre tan alegre, rompiendo la tensión que se había hecho al recordar la hazaña de aquella noche.

Sin duda había ganado más perdiendo que ganando.

La pelea fue designada como la Pelea del año en 1993, Sería el primer boxeador de los mínimos en cobrar semejante suma, y por vez primera, una pelea de peso Minimosca se transmitiría en el sistema de pago por evento. A la siguiente pelea se le tituló la “Revancha Explosiva”, fue una trilogía, en donde “La Chiquita” salió con la mano en alto de las siguientes contiendas.





Aquél Gigante del que les hablo, aquél que hizo vibrar a cientos de aficionados y que con tanto orgullo cuento es Mi padre, que sin duda fue un Guerrero dentro del Ring como en la Vida.


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